viernes, 9 de octubre de 2009

Warmi que espera la nada


a Mario Clemente


Todos los días paso por esa esquina tranquila,
allí se vende locoto, limoncitos y duraznos.
Los niños duermen el sueño de la tarde sostenida,
en lienzos viejos que ocultan el sol que empuja los años.



Todos los días lo mismo sucede en aquella esquina.
Sólo la lluvia o el viento modifican el asfalto,
agregándole impermeables a los sombreros que esperan,
por encima de esa cara que no deja ver encantos.



Yo me pregunto ¿Qué espera esa warmi relojeando?
Claro que no lo comprendo, claro que sigo observando.



Todos los días lo mismo, llegar y tender el puesto.
Temprano de madrugada con el frío en cada surco,
de una piel que pide a gritos tal vez alguna caricia.
Me imagino, no soy quien, para entrar en sus asuntos.



Todos los días lo mismo, saludando con ternura
tras esos ojos que cuentan la historia de todo un mundo.
Pequeño como el de uno, que intentando la aventura,
arriesga sus estructuras en pos de nuevos presuntos.



¿Qué esperas Warmi?, ya dime
¿Vender algún limoncito?
O en verdad hay algo más que mi cultura no entiende.
Dime warmita tu verdad, procuraré comprenderte.


Potosí, febrero 2006



Con el maestro Silo en el Parque Punta de Vacas 2008


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